EL PRESBITERIANISMO Y LA EDUCACIÓN EN ESCOCIA

Autor artículo: 
Guerra Marente, Javier

Antes del establecimiento de la Iglesia Presbiteriana, en Escocia ya existía un sistema de educación y tres universidades, pero esto solo estaba a disposición de aquellos que podían permitírselo.

En 1616 se aprobó una ley ordenando que cada parroquia debía tener una escuela, si las circunstancias lo permitían. Los maestros de escuela y los lectores estaban obligados a tener una licencia del Presbiterio.

La Iglesia Presbiteriana de Escocia, de inspiración calvinista, promovió el establecimiento del primer sistema público de enseñanza en Europa. Para el calvinismo, la formación de misioneros, clérigos y expertos teólogos era algo fundamental, que no debía relegarse únicamente a un sector privilegiado de la sociedad, sino a toda ella, dada la creencia en el sacerdocio universal de todos los creyentes. La necesidad de promover una educación general básica destinada a tales fines ya había sido puesta de manifiesto por el propio Juan Calvino en el siglo XVI, y la Iglesia Presbiteriana Escocesa no hizo sino desarrollar esa idea.

En la escuela del siglo XVII, los niños comenzaban a la edad de cinco años y la intención era la de continuar por cinco años antes de que el niño pudiera pasar a una escuela superior o universidad, dependiendo de su capacidad, aunque el niño campesino podía salir de la escuela a los ocho años para ayudar a su familia en el trabajo, sobre todo durante la época de la cosecha. El día escolar a menudo comenzaba a las seis de la mañana en verano y duraba entre ocho y doce horas, con descansos de una hora para el desayuno y el almuerzo.

La enseñanza era variada, de acuerdo con la capacidad del maestro de escuela, pero siempre se centraba en «la piedad y las buenas costumbres». Mucha gente aprendió a leer y escribir, y muchas escuelas enseñaban Latín a los estudiantes más capaces. En las escuelas parroquiales de los municipios escoceses también enseñaban aritmética. Para 1750, los escoceses se contaban entre los habitantes más cultos de Europa, con una tasa de analfabetismo estimada en tan sólo el 25%.

La asistencia obligatoria a la iglesia era común y se requeriría a los niños el discutir el sermón y su significado el lunes (después del día del Señor). Famosa por sus Colegios y doctores de medicina desde los primeros tiempos, allá por el año 1780, Escocia había desarrollado un sistema educativo más avanzado que cualquier otro lugar en Europa en ese momento, con el consiguiente impacto en la cultura y la capacidad importante para ayudar a maximizar el talento de su gente.