Zikarón
El puritanismo fue un movimiento de reforma dentro del naciente anglicanismo inglés, a finales del siglo XVI.
Los puritanos escribieron cientos de libros.
En 1534 fue dictada un acta de supremacía en la iglesia de Inglaterra, que declaraba al rey como cabeza suprema de la iglesia de Inglaterra.
Después de separarse de su mujer Catalina de Aragón, el rey Enrique VIII y el parlamento separaron la iglesia de Inglaterra de Roma en 1536.
El protestantismo se aceleró en Inglaterra gracias al hijo de Enrique VIII, Eduardo VI, quien fue rey en 1547.
Fue María Tudor, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, quien subió al trono en 1553, quien persiguió con furia a los protestantes, ya que ella era una católica acérrima y se propuso restaurar el catolicismo en Inglaterra.
Muchos cristianos fueron asesinados y torturados, y otros huyeron como pudieron.
Más adelante, en 1558, Elisabeth I, otra hija de Enrique VIII ascendió al trono, estableciendo el acuerdo Isabelino. El acuerdo Isabelino trataba de la mediación entre la iglesia de Roma y el Protestantismo.
Alrededor de 1567 se produjo una controversia, algunos pretendían que los predicadores vistieran igual que los clérigos católicos, esto provocó un gran problema, ya que muchos protestantes empezaron a ver que la iglesia de Inglaterra no estaba siendo reformada en su totalidad. Estas críticas surgieron de los reformadores calvinistas ingleses influenciados por la reforma en Suiza, estos fueron denominados puritanos, porque su intención era purificar la iglesia de Inglaterra de todas las herejías de Roma, de ahí procede su nombre.
Lamentablemente, los puritanos no fueron bien acogidos y les negaron su propósito de reformar la iglesia de Inglaterra.
El puritanismo se agarró a la verdadera y bíblica predicación.
Elisabeth I murió en 1603 sin dejar hijos herederos al trono, y se designó como nuevo rey a Jacobo I quien ya gobernaba en Escocia.
Los puritanos recibieron la noticia muy animados ya que sabían que el nuevo rey había tenido una formación protestante. En 1603, los puritanos le presentaron una petición al rey, que pedía que la iglesia de Inglaterra fuera completamente puritana. Esta petición fue firmada por más de 1000 pastores puritanos.
El rey no estuvo a favor, pero autorizó a que se hiciera una nueva versión de la biblia llamada “King James”.
Por si fuera poco, Carlos I, subió al trono en 1625, y a través de la iglesia intentó restaurar prácticas denominadas católicas por los puritanos.
Aun así, el puritanismo seguía avanzando llegando cada vez a más lugares.
En 1653 las fuerzas parlamentarias con Oliver Croomwell a la cabeza, derrotaron al rey Carlos I y asumieron el gobierno, cosa que no sirvió de mucho ya que en 1660 Carlos II cogió las riendas del país y atacó despiadadamente a los puritanos y “restauró” la iglesia de Inglaterra. Al igual que en los tiempos bíblicos de Saulo, (más tarde Pablo), el Señor en su soberana providencia esparció el evangelio a través de la persecución, y muchos puritanos huyeron a otros países donde pudieron gozar de libertad religiosa, América, Holanda, Suiza, Sudáfrica y otros.
Los puritanos hicieron un último intento para purificar la iglesia de Inglaterra, en la llamada revolución gloriosa, pero este intento también fracasó. En 1689 la iglesia de Inglaterra promulgó, “la ley de tolerancia” que permitía a los grupos disidentes como el puritanismo funcionar dentro del país, pero fuera de la iglesia de Inglaterra.
Muchos de los puritanos viajaron y emigraron a las colonias inglesas que se establecieron en América, y fue allí donde tomaron el control y establecieron el tipo de gobierno que no pudieron establecer en Inglaterra.
Los puritanos fueron pioneros en la alfabetización universal, mientras en Inglaterra solo un 30% alcanzaba a saber leer, entre los puritanos esa cifra subía al 80%.
La razón fundamental para aprender a leer, era que todo el mundo debía ser capaz de leer su propia biblia.
Cuando miramos la vida de los puritanos, vemos con fascinación a la corta edad que comenzaban a leer y estudiar la palabra de Dios. Muchos de ellos empezaban a estudiar las lenguas originales de las escrituras, el hebreo y el griego con tan solo 6 años.
Los puritanos tenían una cosa muy clara, Cristo y su palabra tenían que ser el centro de sus vidas. Así que los puritanos con familia ejercían como pastores en sus propias familias y seguían el mandato del Señor expresado en Deuteronomio 6:6-9 “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón, y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa y andando por el camino, y al acostarte y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos, y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas”.
Muchos son los que piensan equivocadamente que el culto en familia es algo de otra cultura, pero si nosotros no enseñamos a nuestros hijos a amar a Cristo, no tengamos la menor duda que el mundo les enseñará a no hacerlo.
Los puritanos también creían, que no había división entre la vida sagrada y la vida secular, siguiendo otro principio bíblico, 1 Corintios 10:31 “Si, pues, coméis o bebéis o hacéis otra cosa hacedlo todo para la gloria de Dios”.
Los puritanos tenían una relación personal e íntima con Dios, que se puede apreciar en las citas recogidas en este libro. Estos hombres de Dios tenían una visión fuerte sobre la gloria, la majestad, soberanía, santidad y justicia de Dios, teniendo siempre muy presente la misericordia que el Señor les había concedido por pura gracia. Su adoración tenía sus fundamentos y pilares en la palabra de Dios. Los puritanos siempre acudieron a la biblia para encontrar las respuestas a los problemas y dificultades que se le presentaban en su vida personal como en sus iglesias, siguiendo la enseñanza bíblica que enseña que la biblia es la única regla de fe y obediencia para el creyente (2 Tim 3:16, 2Pe 1:19-21, Is 8:20, Luc 16:29, 31, Gal 1:8,9).
La vida de los puritanos era Cristocéntrica, sus ojos y sus sentidos estaban fijados sobre la persona de Cristo, en su ministerio terrenal y sus estados de humillación y exaltación.
Desde el departamento de ediciones de la iglesia reformada presbiteriana de Sevilla “ZIKARÓN” (memoria en hebreo) hemos querido poner en manos del lector creyente, algunas de las reflexiones de estos puritanos en la que sin duda, aunque haya cientos de años de distancia entre los puritanos y lo creyentes de hoy, el creyente del tiempo presente podrá sentirse identificado.
Miles son los escritos que los puritanos escribieron, y lamentablemente pocos de estos están en español. “La cadena de oro” de William Perkins, conocido como el padre del puritanismo, “Tentación y pecado” (volumen 6 de las obras de John Owen, “La parábola de las 10 vírgenes” de Thomas Shepard, “Los escritos de Thomas Boston” (12 vol), “La economía del pacto” de Herman Witsius (2 vol) “La médula de
teología” de William Ames, son solo unos pocos de los escritos donde el cristiano puede ir a leer tranquilo, sin miedo a leer doctrina errónea o que contenga controversia teológica.
Seguiremos trabajando con la ayuda del Señor para traer a las iglesias doctrina sana fundada en la palabra de DIOS, y ponerla al alcance de los que no han tenido la oportunidad de leer estas joyas por culpa del idioma.
Sermones, comentarios, doctrina, y otros, esperamos poder traducir, para que sean buenas herramientas y provechosas para el beneficio espiritual del pueblo de Dios.
Quiera el Señor que pongamos todos nuestros sentidos sobre Cristo, y que en todos sea magnificado, el bendito y glorioso nombre de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Isaac Berrocal
Pastor de la Iglesia Reformada
Presbiteriana de Irlanda