HALLOWEEN: PAGANISMO MODERNO Y ANTIBÍBLICO

Autor artículo: 
Guerra Marente, Javier

Este próximo sábado 31 de octubre, como cada año, nos volveremos a encontrar por las calles de nuestras ciudades a grupos de personas, niños y no tan niños, vestidos de fantasmas, vampiros, hombres-lobo y otros seres terroríficos, preparándose para la fiesta de Halloween. Hasta hace aproximadamente unos 10 o 15 años, Halloween era algo que pasaba totalmente desapercibido en España, pero distintos motivos comerciales han llevado a su importación.

Aparte de eso, los niños de familias cristianas reciben un bombardeo de la televisión y, sobre todo, el cine tan fuerte como el que puedan recibir los de familias incrédulas. En muchas películas infantiles, Halloween suele casi siempre aparecer en el argumento como un día en que ocurren eventos muy importantes de la trama, como algo totalmente inocente.

¿Qué es Halloween? ¿Es tan inocente como parece?

Halloween es una fiesta de carácter religioso y místico, que tiene su origen en los pueblos celtas de hace miles de años. Cómo no, totalmente ajena a lo cristiano y bíblico. Hoy en día, en EEUU, se festeja con disfraces de criaturas terroríficas y buscando de casa en casa dulces de regalo o caramelos, mientras los niños disfrazados que lo hacen gritan “Trick or treat” (“Truco o golosina”). Esto sucede la noche del 31 de octubre. Todos, o casi todos, recuerdan el mal y la muerte entre cuentos de horror, decorando sus casas con las famosas “Jack Lantern” o “Linternas de Jack”, que son calabazas vaciadas con rostros tallados e iluminadas por dentro con una vela encendida. Actualmente, no solo en EEUU, sino también en otras partes del mundo, los niños esperan ansiosamente este día, pues se disfrazarán y les regalarán dulces. En los hogares habrá decoración y se “compartirán” los alimentos con los muertos. Es un día de fiesta.

No es mi intención ser el “aguafiestas” de nadie para la noche del 31 de octubre, pero es bueno saber las verdades ocultas detrás de estas celebraciones y entender por completo lo que significa y representa el “Halloween”. Saber de dónde viene cada fiesta y ver cómo la cultura humanista y post-cristiana ha incorporado fiestas paganas, “cristianizándolas” o, simplemente, adaptándolas a la modernidad y a los fines e intereses comerciales, que es el caso de Halloween.

Aproximadamente, en el siglo III antes del nacimiento de Cristo, los celtas vivieron en las Islas Británicas, Escandinavia, y Europa Occidental. Eran una sociedad cuyos usos y costumbres eran controlados por unos sacerdotes paganos conocidos como druidas. Ellos adoraban y servían a Samhain, dios de la muerte. Cada año, el 31 de octubre, los druidas celebraban la víspera del año nuevo céltico en honor de su dios Samhain.

¿De qué proviene el “Truco o golosina” y la “Linterna de Jack”?

Los sacerdotes druidas iban de casa en casa exigiendo alimentos para ofrenda a su dios Samhain en el festival de la muerte. Si se los daban, se hacía un “trato” y se iban en paz. Si la gente de la aldea no daba a los druidas el alimento que exigían, se lanzaba una maldición sobre la casa entera y, según ella, alguien de esa familia moriría ese año. Esa era la trampa o truco (“trick”). Aparte, los druidas llevaban con ellos un nabo grande, el cual habían ahuecado en el interior, con una cara tallada en el frente, para representar el espíritu demoníaco del que recibían su poder y conocimiento, el mismo que se encargaría de ejecutar toda maldición e iluminar su camino. Este espíritu se llama “espíritu familiar”. El nabo, encendido con una vela dentro, era una linterna para los druidas por la noche. Ellos llamaron “Jock” al espíritu de la linterna. Cuando estas prácticas llegaron a Norteamérica en los siglos XVIII y XIX, de la mano de inmigrantes irlandeses, hallaron que los nabos no eran tan grandes, así que los sustituyeron por calabazas. Desde entonces a esta figura tan representativa del Halloween se le llamó “Jock, el que vive en la linterna” y después vino a ser “Jack Lantern” o “Linterna de Jack”.

Por supuesto: TODOS somos pecadores y no dependemos de nuestra propia moralidad para ser salvos, dependemos exclusivamente de Jesucristo. Pero hay que tener en cuenta el origen pagano y diabólico de esta celebración y abandonar fiestas como el Halloween. Dios no permite al hombre celebrar a la muerte porque Él es un Dios de VIDA y desea que con Él vivamos eternamente. La Biblia dice que Cristo es el Pan de Vida (Juan 6:51), Él es la Resurrección y la Vida (Juan 11:25) y dice que no es un Dios de muertos, sino de vivos (Marcos 12:27). ¿Como puede el mismo Dios de Vida permitir que el hombre, creación suya, festeje a la muerte? El ser humano festeja a la muerte porque está muerto y separado de Dios permanentemente. Sin Cristo no tiene vida y lo lógico es que celebre la muerte, pues es su estado natural. Pero Dios no es un Dios muerto y no desea que el hombre festeje la muerte, porque al festejar a la muerte se festeja al diablo mismo. Sí, vemos niños vestidos como diablos y jugamos hablando de demonios, pero no nos damos cuenta de que realmente estamos repitiendo los mismos sacrificios y ceremonias diabólicas que los druidas festejaban.

Que unos niños se vistan con disfraces divertidos, de vaqueros o indios, por ejemplo, y pidan caramelos, en principio es algo neutro y no hay problema en ello. Pero sí hay cosas del Halloween que debemos apartar para ser fieles a la fe cristiana. La decisión es algo personal pero debemos incorporar los principios que nos enseña Pablo en Romanos 14. No podemos permitir que nuestras convicciones personales provoquen discordia dentro del cuerpo de Cristo pero tampoco debemos usar nuestra libertad para dificultar los pasos de otros en la fe. Debemos hacer todo en el nombre de Dios, tras oración y reflexión.

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